Al salir de San Cristóbal, fue muy sorprendente darse cuenta de cuán altos estábamos, pudiendo ver las nubes debajo de nosotros. Un paisaje excepcional y magnífico, pero poco a poco notamos el cambio en el ecosistema.

Santiago Matatlán, como mucha gente sabe, “La Cuna del Mezcal” es tan pequeña pero tan acogedora que nos atrapó en cuanto entramos, (accidentalmente tomamos una carretera en la dirección opuesta, teniendo una llamada de atencion de la policía local). Conocimos la iglesia y el pequeño mercado. Obtuvimos un permiso amigable y rápido para estar en la plaza municipal… Estar en este lugar fue interesante estar rodeado de niños y adolescentes, ver que es una ciudad viva con mucho trabajo y que está orgullosa de ser historia por la producción de esta bebida que hoy es un ícono de la mexicanidad.

Anunciaron el proyecto desde el altavoz del ayuntamiento entre aguaceros tropicales.

Fuera de este lugar hermoso y único, encontramos una vista interesante de lo que era la ciudad de Matatlán y las montañas de Oaxaca, montando fuera de los muros de Palenque Gracias a Dios, Mezcal. Y contando con la participación de los trabajadores, y Emmy Hernández Jiménez quien abrió las puertas para estar en la plaza municipal y en el palenque.

When leaving San Cristobal, it was very surprising to realize how high we were, being able to see the clouds below us. An exceptional and magnificent landscape, but little by little we were noticing the ecosystem change.

Santiago Matatlan, as many people know, “La Cuna del Mezcal” is so small, but so cozy that it caught us as soon as we entered, (accidentally we took a road in the opposite direction, only to be told so by the local police). We met the church and the tiny market. We got in friendly with the town hall and got quick permission to be in the municipal square… This place was interesting to be surrounded by children and teenagers from the school next door.  And to see that it is a living town with a lot of work and which is proud to be the historical location of the production of this drink that today is an icon of Mexican-ness: Mezcal.

Also, they announced the project from the city hall’s loudspeaker between tropical downpours.

Our second day here – outside of this beautiful and unique place we find an interesting view of the town and the mountains of Oaxaca, resting just outside of its walls of Palenque Gracias a Dios, Mezcal. – Oaxaca.  For a few hours, we had participation of the Mezcal workers, and of course our host Emmy Hernandez Jimenez who opened the doors for us to be in the municipal square and in the palenque.